La leyenda negra en 1898: España, el país más odiado por Estados Unidos
La falsa creencia de que los protestantes eran superiores a los católicos, algo que se justificaba en el auge del Imperio inglés, dio lugar a una doctrina racista que situaba a los anglosajones en lo más alto de la escala evolutiva
España, que había sido un importante apoyo de las 13 Colonias durante la Guerra de Independencia contra los ingleses –a riesgo de crear un mal precedente en los territorios españoles de América, como de hecho ocurrió–, se tornó en el principal enemigo de EE.UU. a finales del siglo XIX. Las ideas ilustradas y liberales que habían entrado en Estados Unidos en el siglo XVIII, se unieron a sus simpatías por las nuevas repúblicas nacientes al sur, aumentando el sentimiento antiespañol. Y aprovechando el crecimiento del movimiento independentista en Cuba, EE.UU. se inmiscuyó en el conflicto con la intención de encontrar un casus beli para apropiarse de los últimos territorios españoles de ultramar. La escalada de recelos entre los gobiernos de EE.UU. y España fue en aumento, mientras en la prensa de ambos países se daban fuertes campañas de desprestigio contra el adversario. De esta manera, el hundimiento en La Habana del acorazado americano de segunda clase Maine, enviado básicamente para intimidar a España, fue utilizado por los periódicos de William Randolph Hearst, hoy día el Grupo Hearst, uno de los principales imperios mediáticos del mundo, para convencer a la Opinión Pública de la culpabilidad de España y de la necesidad de empezar una guerra contra este país.
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